Cómo eliminar las malas hierbas

Cuando nuestro huerto o jardín se ve afectado por plantas que aparecen indiscriminadamente en lugares que no deseamos, estamos hablando de malas hierbas. Más allá de que este tipo de intrusos producen una mala imagen en estas zonas, al mismo tiempo se crea un problema de competencia con tus propios elementos vegetales, debilitándolos a causa de tener que compartir riegos y nutrientes, lo que influye en el correcto desarrollo de tus plantas o cultivos.

Si permitimos esta proliferación de malas hierbas vamos a tener que lidiar en el huerto con una menor rentabilidad en nuestra cosecha, mientras que en el jardín incidirá negativamente en la calidad estética, ya que se entremezclarán con las plantas ornamentales y les restarán valor. Además de estas dos consecuencias negativas, la proliferación de malas hierbas va a traer consigo la extensión de posibles plagas, olores poco agradables, pinchazos o urticarias e incluso alergias.

Las malas hierbas pueden ser perennes, es decir plantas que no son bien recibidas y persisten en las diferentes estaciones o incluso a lo largo de los años. Cuanto más tiempo tengan más compleja es su erradicación. Para acabar con ellas lo conveniente es hacerlo de raíz, de manera que no puedan regenerarse y volver a invadir nuestro espacio. No se trata de arrancarlas a mano, ya que es un proceso trabajoso y tedioso, sino de usar un producto que acabe con ellas por completo. Para ello se aconseja la aplicación de productos herbicidas sistémicos. Normalmente son plantas de pequeño porte, pero muy resistentes y estas sustancias son absorbidas por las plantas y las secan por completo, evitando su rebrote. Es un excelente procedimiento para conseguir el mejor resultado. Se aconseja aplicar este herbicida al menos dos veces al año para que podamos acabar con los intrusos de manera eficaz.

Como complemento para la eliminación de las malas hierbas se indica la aplicación de un herbicida residual al suelo que impida que vuelvan a brotar. Otros sistemas para acabar con estos elementos vegetales dañinos es colocar un plástico en los cultivos. Se trata de plásticos fino, oscuros y que resultar degradables. Su colocación está indicada antes de trasplantar las plantas al huerto, ya que esto evitará la aparición de las malas hierbas. Estos plásticos se degradarán con la propia labranza.

Otra opción es la colocación de una capa de paja que impedirá que la luz penetre en el suelo, por lo que las semillas de malas hierbas no podrán germinar. Tanto el plástico como la carpa nos ayudan como extra a mantener la humedad y evitar la evaporación del agua del riego. También se pueden colocar telas antihierba cubiertas con áridos o corteza de pino.

El riego también influye en las malas hierbas. Lo más indicado como medida preventiva es hacerlo por goteo, mejor que con manta o con manguera. Esta opción evita la aparición de malas hierbas.

Para prevenir su aparición debemos estar atentos en el momento de labrar para arrancar cuantas raíces o bulbos vayamos encontrando. No debemos esperar a su floración ya que esto esparcirá semillas y multiplicará el problema.

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